Uno de los mayores problemas de las personas son los kilos de mas y como hacer para desprenderse de ellos para verse bien pero al mismo tiempo no sufrir con las dientas.
Hace poquito vi un articulo de una revista digital de como adelgazar rápido enfocado no solo para verse bien, sino también para tener conciencia de que estar en forma también no provee salud.
En cuanto a las dietas, hay miles, de proteínas la dienta de la luna, y muchas otras mas que generalmente no dan buenos resultados, pero esta que vi aqui la llevo haciendo durante un tiempo y la verdad es que me ha ido bastante bien.
Es fundamental que en una dieta se puedan comer toda la variedad de alimentos que hay porque nuestro cuerpo los necesita.
Si queres saber de que se trata la dieta ingresa ya mismo a la web.
Error N°1: saltear comidas
Dejar de hacer alguna de las comidas principales o las colaciones (entre comidas) no contribuye a la pérdida de peso, todo lo contrario. Mejor, organizarlas con una diferencia horaria de hasta tres horas entre una y otra. Permite que el metabolismo trabaje parejo a lo largo del día, queme más calorías y se logre regular el nivel de hambre.
Error N° 2: no tomar suficiente líquido
Hay que ingerir, por día, al menos 2,5 litros de bebidas sin calorías. Todas las comidas deben acompañarse con bebidas: si contienen gas, como la soda, las aguas saborizadas sin azúcar o las gaseosas light, mejor aún porque generan distensión y otorgan saciedad. Lo mismo ocurre con los líquidos calientes como los caldos, las sopas de verduras y las infusiones (café, té o mate). Todo cuenta, no sólo el agua.
Error N° 3: abusar de los envases verdes
En general todos los alimentos light proporcionan menos azúcar, grasas y calorías que la versión original, pero no son libres de ellos. Se pueden incluir moderadamente. Hay que ser concientes de su verdadera función: ayudan a ahorrar calorías siempre que se los utilice en forma adecuada.
Error N° 4: incluir pocas verduras
Todo plan de descenso de peso debe ser rico en fibra. Las verduras la aportan de manera generosa, por lo que es fundamental comenzar el almuerzo y la cena con una porción abundante de ensalada bien colorida. Si no estamos habituados a su consumo, para evitar molestias gastrointestinales conviene incorporarla en forma paulatina.
Error N° 5: no hacer colaciones y en su lugar “picotear”
Las colaciones cumplen el rol de regular el apetito entre las comidas principales y evitar el picoteo poco saludable (galletitas, papas fritas o golosinas). Algunas sugerencias: fruta fresca, fruta deshidratada, ensalada de frutas, barra de cereal, yogur, helado light, alfajor de arroz bañado en chocolate, cartón individual de leche saborizada, huevo duro, palmitos, bastones de zanahoria, troncos de apio y tomates cherry.
Error N° 6: comer rápido y apurado
La forma de comer es un punto clave para lograr saciedad, mejorar la digestión y prevenir la hinchazón. Hay que aprender a disponer del tiempo necesario para cada comida, comer sentado, concentrado en el plato, con cubiertos (evitar comer con la mano), con una buena masticación, tomando bocados pequeños y sin distracciones (mirar TV, trabajar, hablar por teléfono o manejar).
Error N° 7: no desayunar
Saltear la primera comida del día produce una disminución del azúcar en sangre y ocasiona más hambre a posteriori. Esto aumenta el tamaño de las porciones y hace más lento el metabolismo, frenando el descenso de peso.
Error N° 8: establecer prohibiciones
Todo plan de adelgazamiento debe permitir darse un gusto semanal, para ir experimentando cómo es comer algo diferente, con más calorías, en forma programada y moderada. Es un hábito que afloja tensiones y aumenta la adherencia al tratamiento.
Error N° 9: beber alcohol por demás los fines de semana
Es preferible planificar a diario una copa en las mujeres y hasta dos copas chicas en los hombres, junto al almuerzo o la cena. Conviene “reservarse” para el fin de semana, porque con frecuencia se toma en exceso e incluso con el estómago vacío. El alcohol contiene 7 calorías por gramo, más el azúcar de algunas bebidas.
Error N° 10: no dejar la sal
Si bien es cierto que la sal no aporta calorías, el exceso provoca retención de líquidos y aumenta el riesgo de hipertensión arterial, de enfermedades cardio y cerebro vasculares. Sería ideal comenzar a reemplazar el salero por el especiero: las especias y hierbas aromáticas proporcionan sabor a las comidas y son saludables.
Recordatorio: todo plan de alimentación debe acompañarse de actividad física diaria (ideal: una hora) y hacerla como parte del estilo de vida. Cada uno elegirá lo que más le guste, pero es esencial que genere placer para mantenerla a largo plazo.
El verano engorda. Nos dejamos llevar por aquello que más nos tienta y así caemos en la trampa de los “kilitos de más”. Prestá atención a lo que comés y bebés para que la vuelta a ese jean ajustado (¡que te quedaba divino!) sea más fácil.
Hacé las cuentas
Resulta que para no sumar ni restar kilos, el organismo necesita de 2.000 calorías por día. Ese es el requerimiento promedio de calorías de una persona adulta activa. En un día de vacaciones, si sumamos las comidas básicas, más alguna picada y una que otra bebida gaseosa o con alcohol, el consumo calórico diario oscila entre las 3.000 y las 3.500 calorías.
¡Alerta! De acuerdo a estos datos, durante los días de descanso el exceso diario podría fijarse en unas 1.500 calorías. Si a esto lo multiplicamos por los 15 días promedio, resulta en un exceso de 22.500 calorías que no se queman. Dicho exceso se traduce en un sobrepeso estimativo de 3 kilos netos en apenas dos semanas.
Atenta a los tips
-La clave para no aumentar tanto de peso durante el receso de verano es estar predispuesta mentalmente. La idea es salir de vacaciones siendo concientes de que podemos darnos gustos con la comida, pero no comer sin límites para después arrepentirnos.
-Es importante tener una organización, tanto cuando salimos a comer afuera, como cuando cocinamos en casa. Lo ideal es realizar una comida fuerte - ya sea el almuerzo o la cena – y que la otra sea en base a ensaladas e incorpore frutas.
-Algunas opciones para un menú más light son: una ensalada con atún, arroz con verduras, o tartas de vegetales.
-Considerando que con el calor vamos a requerir más líquido, debemos tener cuidado con las bebidas con azúcar. En lo posible consumir sólo agua, 2 litros por día como mínimo. Además, podemos agregarle gusto a la tarde con algún agua saborizada light. ¡Ojo! Fijate que ésta no tenga azúcar, porque no todas son dietéticas. Medio litro por día sería suficiente.
-En cuanto al alcohol, podemos permitirnos consumirlo sólo en una de las comidas y con un límite de no más de 2 vasos de cerveza o, por ejemplo, una copa de un vino que nos guste.
-Es esencial evitar consumir harinas, fiambres, embutidos y carnes rojas, que son de difícil digestión.
-Otra recomendación es que entre las cosas que lleves para la merienda -ya sea al mar o al río- incorpores frutas, yogures y barras de cereal.
Volvé a tu peso
Si comemos alguna picadita en la playa que incluya fiambres, snacks y cerveza, no debemos olvidarnos que nos aportará unas 800 calorías. Entonces, pensemos que una sola comida así aporta el 40% de las calorías que necesitamos ingerir en todo un día para mantener el peso.
Por otro lado, una cena moderada en casa, incluyendo fruta de postre, ronda las 450 a 600 calorías como máximo. Si la ingesta se produce en un restaurant, la cifra oscila entre las 900 y las 1.100 calorías.
¡S.O.S! ¿Qué hacemos? La solución para revertir los eventuales excesos cometidos durante las vacaciones es llevar durante unos días una alimentación desintoxicante. Lo recomendable es hacer una dieta a base de frutas, verduras y mucha agua entre 3 días y una semana de acuerdo a lo que hayamos aumentado. Puede ser una dieta vegetariana u ovoláctea (incorporando huevos y lácteos) y también podemos consumir algo de carne, pescados en lo posible.
Con una dieta promedio de 1.200 a 1.500 calorías por día se puede bajar entre 500 gramos y un kilo por semana. Entonces, bajar el sobrepeso que trajimos nos llevará, en promedio, cerca de un mes y medio. Parece mucho tiempo pero, al igual que los días de descanso, la desintoxicación alimenticia pasa muy rápido.
En vacaciones podemos darnos algunos gustos pero... Cuidemos de no juntarlos todos en un mismo día. ¡Atendé tu dieta para que los kilitos de más no sean el tema de conversación en la vuelta a la oficina!
Comer compulsivamente es uno de los trastornos alimentarios más comunes en la actualidad. Los profesionales de la salud aseguran que este desorden de la conducta alimentaria se caracteriza por episodios recurrentes de voracidad (atracones) con sensación de falta de control sobre la comida. En los atracones, los pacientes comen vorazmente, casi sin masticar, sin apetito y en soledad, hasta sentirse inconfortablemente llenos. Luego, experimentan culpa y frustración. Se trata de un círculo vicioso, y doloroso, que, sin embargo, no es imposible de romper.
Las personas que sufren de esta compulsión sienten un gran nivel de angustia. Cuando se dispara esta sensación, se "atracan" de manera destructiva. En general, tratan de superar la depresión o el malestar que sienten ante diversas situaciones cotidianas, a través de la incorporación de alimentos. Es un mecanismo por el cual intentan llenar el vacío que sienten. Las situaciones angustiantes o estresantes no son solo la causa de esta conducta. Hacer dietas restrictivas también puede provocar atracones o situaciones de ingesta compulsiva.
Cuanto mayor es la restricción alimentaria, mayor es la probabilidad de descontrol y desorden con la comida. Las consecuencias de este tipo de comportamiento son, a nivel físico, el sobrepeso y la obesidad (y los efectos negativos que ambas tienen en la salud). Además, a nivel psíquico, se producen alteraciones, como un sentimiento de culpa muy profundo y complejos sobre la apariencia. Identificar lo que nos pasa, aceptarlo, tomar conciencia de su gravedad y pedir ayuda son pasos fundamentales para empezar a solucionar este problema. Es importante que intentemos llevar una dieta saludable, que conozcamos el valor nutricional de los alimentos y que hagamos ejercicio en forma regular. Además, como éste es un trastorno psicológico, es necesario buscar la ayuda de un profesional que nos brinde las herramientas más efectivas para enfrentar las distintas situaciones de nuestra vida sin buscar refugio en la comida.
"Comer compulsivamente es un trastorno relacionado con la depresión, la ansiedad, los miedos y las fobias, y lleva a otros problemas de salud. Los comedores compulsivos usan la comida como una manera de enfrentar el estrés, los conflictos emocionales y los problemas cotidianos, anestesiando emociones y sentimientos. De alguna manera, este trastorno representa una adicción. Son víctimas del "efecto yo-yo": bajar y subir de peso constantemente. Reconocer que es un trastorno psicológico lleva a la búsqueda de ayuda profesional que brinde las herramientas para enfrentar las situaciones de la vida sin buscar refugio en la comida", dice la doctora Graciela de Luján García, médica especialista en psiquiatría, pediatría y endocrinología, Hospital General de Agudos Carlos Durand.
Claves para recuperar el control
Aprender a identificar los momentos en los que comemos compulsivamente es el primer paso. Te damos algunos consejos para que tengas en cuenta, cuando sientas la urgencia de comer todo lo que tengas delante.
* Parar a tiempo: si sentís el impulso de comer, esperá unos segundos y analizá si es apetito. Es posible que al detenerte y pensar en el origen de la sensación, puedas detener el atracón o minimizarlo.
* Comer a conciencia: comé lentamente. Masticá cada bocado y prestá atención a lo que comés: textura, sabor, olor.
* Cuestionarte: reflexioná acerca de si estás comiendo como consuelo o premio. ¿Por qué tenés ganas de comer ahora?, ¿Qué tipo de placer te da la comida que otras actividades no te dan? Si relacionás las emociones que vivís durante el atracón, podrás encontrar otras formas de expresar tus sentimientos.
¿Qué hace Jésica Cirio para tener ese cuerpo? Trabaja duro, ¡durísimo! Como buena modelo, conductora y vedette, la alta exposición le demanda un entrenamiento intenso. Tonifica su anatomía cinco días a la semana, que divide en distintas prácticas y métodos.
“Hace musculación y aeróbicos”, cuenta Gabriel Cibillia, uno de sus personal trainers. “En estos momentos nos juntamos tres días por semana. Es lo que ella necesita. Si bien en un comienzo las clases eran más, una vez alcanzada cierta meta yo lo considero innecesario”, detalla.
“Lleva una rutina de musculación dividida en tres partes que voy acomodando en base a miniciclos y mesociclos. Las intensidades de los entrenamientos son altas y los volúmenes bajos”, explica. Los miniciclos son las porciones menores de algo mayor, los mesociclos. Se estipula una meta y se hacen pequeñas cosas para alcanzar ese fin. Si el objetivo es el aumento de la fuerza y la pérdida de grasa corporal, el ciclo estaría comprendido por un miniciclo de ganancia de fuerza, seguido por un miniciclo de pérdida de grasa y mantención de esa fuerza ganada.
Con toda esa teoría en mente, “Jes realiza ejercicios básicos como las sentadillas o las estocadas, dos de los mejores recursos para mejorar la cola. También hace ejercicios de 'forma', como la camilla de extensiones de cuádriceps. Con respecto a su torso, le doy énfasis a grupos como los hombros, los bíceps, los tríceps y la espalda”, enumera Gabriel.
Con respecto al aeróbico, es relativo a la temporada. “No es cómodo salir en invierno, sin sol, y con 3ºC bajo cero, así que preferimos el gym para hacer elíptico o cinta inclinada. En primavera, verano y otoño tratamos de salir. La llevo a andar en bici, a rollear o sólo a hacer caminatas después de entrenar”, explica Cibillia.
Pero esto no termina acá. “Los días que no hace musculación realiza Tabata Boot Camp, que le permite agregarle variedad para mantenerse en balance y motivada”, suma Daniel Tangona, otro de sus “personal”. Es un programa anaeróbico/aeróbico, con onda militar tanto en la estética como en los ejercicios. De alta intensidad, incluye sentadillas, flexiones de brazos, patadas y saltos.
“La idea de este trainning es mantenerla firme, marcada, baja en grasa y con músculos. Al tener música y ser un trabajo grupal, este método logra el objetivo de ser recreativo y divertido. Genera adhesión y permite que no se abandone, algo fundamental en las personas con un alto grado de exposición, como Jésica”, cuenta Daniel.
Como si fuera poco, la modelo también está muy atenta a su alimentación. “El entrenamiento se complementa con una dieta o guía nutricional de la que me ocupo en base a su calendario laboral”, concluye Gabriel.